30 de mayo de 2013

La pobrecita

Había una vez una chica que era muy desgraciada. Iba por las calles de su vida con sus penurias, con sus pesares y su mala suerte. Pero claro... ¿Cómo lo sabemos? Porque evidentemente no iba sola. En su andar mostraba sus costillas de delgadez a su familia, su triste realidad, su angustia existencial. Y a más caminaba, más mostraba, y más mostraba, más la miraban. Sus seres queridos intentaban ayudarla y cuidarla, pero a más lo hacían, peor estaba, y a peor estaba, más la ayudaban. Hasta que le recomendaron ir a ver un especialista... Pero ella "no creía". Por un momento se desvió de su camino y se encontró con una mirada que ni le tenía lástima ni le daba el lugar a su llanto. Espantada volvió corriendo a su camino y lloró, y así todos volvieron con ella y la miraron. Pero también la escucharon y acompañaron... Siempre se preguntaban cuando estaría mejor... Los acompañantes se sentían buenos porque en definitiva su amor por ella era genuino, pero también era cierto que su enfermedad para ellos, también.
Y así camino amargamente hacia su desgraciado y dulce destino llena de gente que se preocupaba por su malestar. Porque en el fondo, muy en el fondo... ella sabía que el amor se conseguía con la enfermedad...

Sergio Alonso Ramirez
Psicólogo - Psicoanalista


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