21 de noviembre de 2013

Cuando mamá lo da todo y entrega demanda

En la sociedad actual se encuentran múltiples formas de relacionarse sintomáticamente. Se le echa la culpa a las dietas que nunca se cumplen, a las pastillas que no logran su efecto, al gimnasio que no se va... Pero hay uno por excelencia que es el hijo.

El hijo aparece como un síntoma, como aquello que soy yo, pero está ahí, como esa promesa de que será lo que no me animo, lo que no puedo, lo que en el fondo quiero, pero en la superficie reniego.
Y así un madre decía muy segura de su amor y enarbolando la bandera de la maternidad la siguiente frase:

"Es que a mi hijo le quiero dar lo mejor. Estoy viendo la mejor situación para él. Le pago el colegio, el especialista y el psicólogo. Quiero que él tenga un buen futuro".

Y la pregunta fue: ¿Y qué vas a hacer de tu presente? (cuenta con 30 años).

Su mejor opción era optar por un trabajo "cómodo" ese que la iría a frustrar, a pudrir como la manzana que no se arrancó cuando estaba madura. A quedarse eternizada en la frustración cotidiana de lo que quiere ser pero no se anima a luchar. A no poder seguir su deseo. Y así pintaba un panorama opaco, triste y en penumbras para poder tener más tiempo "para estar con su hijo al cual le daría todo".

Con lo cual quedó otra pregunta flotando: Pero si vas a sacrificar tu vida, te vas a aplastar, frustrar y angustiar ¿Qué le vas a dar a tu hijo?

Antes eran las dietas, sus padres, los jefes, el país, dios... Ahora todo es de color "madre", todo está puesto en el hijo, inclusive esa frustración que destila hacia el mismo entre los mejores colegios, proyectos y profesionales. Le dará todo... inclusive el ejemplo de cómo no luchar por su propio deseo y ponerlo en el otro.

Sólo podemos dar lo que tenemos, inclusive la falta.
Sólo podemos dar lo que primero podemos tomar en nuestras manos.

Sergio Alonso Ramírez
Psicólogo Psicoanalista

No hay comentarios:

Publicar un comentario