Hay gente que vive sin más. Se levantan, van al trabajo pensando lo desgraciados que son por tener que levantarse, que trabajar, por no haber ganado la lotería, por la carrera que no tienen o que tienen que terminar, la pareja que no es todo lo que quieren, el cuerpo que no es el perfecto, porque el fin de semana es corto, etc. Gente, en general, común y corriente.
Pero hay otro tipo de gente que los llamo puntos de luz. Son aquellas personas que VIVEN. Que se dan cuenta que la vida es un reloj que está cronometrado hacia el valor cero (la muerte). Son personas que se levantan felices porque “se han levantado de la cama”, porque tienen salud, porque no les falta nada de su cuerpo, porque la vida está llena de posibilidades, y en consecuencia llena de buenas oportunidades. Me hacen pensar en las calles oscuras que tienen un foco de luz. Sin esa luz el resto de cosas ni se verían. Y esas personas son fácilmente reconocibles porque es gente que siempre tiene una sonrisa sincera en su cara, algo positivo para contar para compartir. Son aquellas personas que realmente aportan algo a nuestras vidas, un momento de alegría y de felicidad.
Uno de los caminos para llegar a pensar como los puntos de luz es comenzar a verlos en nuestras propias vidas. Lo primero es reconocer a la muerte como la única certeza desde que nacemos. Todo el mundo dice reconocerla, pero casi todos se sorprenden cuando sucede… como que nunca pasaría. Supongo que gran parte de ese shock es ver delante de uno lo que nos puede suceder y que vivimos negando. Pero… si lográsemos comprender que esta etapa se acaba, empezaríamos a ver la vida no como lo que tengo que hacer para ser feliz en un corto o largo plazo, sino todo lo contrario. Nos daríamos cuenta que vivimos la muerte constante en cada segundo que pasa. Cada día, cada momento no se volverá a repetir como tal. Y para colmo no podemos saber cuándo se nos acaba el tiempo. Con lo cual podemos entender que el momento de ser felices es en este preciso segundo. El momento de hacer lo que nos apetezca es ahora ¿Y eso quiere decir no tener proyectos? Eso significa que la felicidad no es un proyecto a largo plazo, es un proyecto del ahora. Podemos tener miles de proyectos si lo deseamos, no importa la cantidad sino como los vivamos. No podemos esperar a que el día que tenga mi título, pareja, perro, coche, ropa, etc, seré feliz. La felicidad es un sentimiento que no puede ajustarse en un objeto, sino tener vías de expresión.
Una vez preguntó una compañera de trabajo a un “punto de luz” - “¿Cómo haces para tener buen humor a las 8 de la mañana?” - y le respondió mientras caminaban al trabajo - “Hay muchos motivos pero te voy a dar dos básicos: una porque me desperté y salí de la cama, y la otra, porque tengo piernas para ir caminando hasta mi trabajo”.
Aprender a ver el vaso medio lleno y qué es lo que hay en él, es una forma de comenzar a entender que nuestra vida tiene cosas valorables. Dejar los miedos de lado, elegir los caminos que nos hacen ser felices día a día. Y en caso que tengan dudas, cuando vean un punto de luz, intenten acercarse y charlen con él y pregúntenle sinceramente como hace para ser feliz… Verán que aprecia su vida y todo lo que ella conlleva.
La felicidad, lo que buscan todos, no está fuera, sino que es una forma de vivir, de sonreír y de comprender la vida, sólo basta con entrar en sintonía y comenzar a disfrutarla y hacer honor a la vida.
Como dice el viejo refrán “Dios los cría y ellos se reúnen”. Es decir, la negatividad trae la negatividad, y la felicidad hace lo mismo con sus iguales.
Sergio Alonso Ramirez
Pero hay otro tipo de gente que los llamo puntos de luz. Son aquellas personas que VIVEN. Que se dan cuenta que la vida es un reloj que está cronometrado hacia el valor cero (la muerte). Son personas que se levantan felices porque “se han levantado de la cama”, porque tienen salud, porque no les falta nada de su cuerpo, porque la vida está llena de posibilidades, y en consecuencia llena de buenas oportunidades. Me hacen pensar en las calles oscuras que tienen un foco de luz. Sin esa luz el resto de cosas ni se verían. Y esas personas son fácilmente reconocibles porque es gente que siempre tiene una sonrisa sincera en su cara, algo positivo para contar para compartir. Son aquellas personas que realmente aportan algo a nuestras vidas, un momento de alegría y de felicidad.
Uno de los caminos para llegar a pensar como los puntos de luz es comenzar a verlos en nuestras propias vidas. Lo primero es reconocer a la muerte como la única certeza desde que nacemos. Todo el mundo dice reconocerla, pero casi todos se sorprenden cuando sucede… como que nunca pasaría. Supongo que gran parte de ese shock es ver delante de uno lo que nos puede suceder y que vivimos negando. Pero… si lográsemos comprender que esta etapa se acaba, empezaríamos a ver la vida no como lo que tengo que hacer para ser feliz en un corto o largo plazo, sino todo lo contrario. Nos daríamos cuenta que vivimos la muerte constante en cada segundo que pasa. Cada día, cada momento no se volverá a repetir como tal. Y para colmo no podemos saber cuándo se nos acaba el tiempo. Con lo cual podemos entender que el momento de ser felices es en este preciso segundo. El momento de hacer lo que nos apetezca es ahora ¿Y eso quiere decir no tener proyectos? Eso significa que la felicidad no es un proyecto a largo plazo, es un proyecto del ahora. Podemos tener miles de proyectos si lo deseamos, no importa la cantidad sino como los vivamos. No podemos esperar a que el día que tenga mi título, pareja, perro, coche, ropa, etc, seré feliz. La felicidad es un sentimiento que no puede ajustarse en un objeto, sino tener vías de expresión.
Una vez preguntó una compañera de trabajo a un “punto de luz” - “¿Cómo haces para tener buen humor a las 8 de la mañana?” - y le respondió mientras caminaban al trabajo - “Hay muchos motivos pero te voy a dar dos básicos: una porque me desperté y salí de la cama, y la otra, porque tengo piernas para ir caminando hasta mi trabajo”.
Aprender a ver el vaso medio lleno y qué es lo que hay en él, es una forma de comenzar a entender que nuestra vida tiene cosas valorables. Dejar los miedos de lado, elegir los caminos que nos hacen ser felices día a día. Y en caso que tengan dudas, cuando vean un punto de luz, intenten acercarse y charlen con él y pregúntenle sinceramente como hace para ser feliz… Verán que aprecia su vida y todo lo que ella conlleva.
La felicidad, lo que buscan todos, no está fuera, sino que es una forma de vivir, de sonreír y de comprender la vida, sólo basta con entrar en sintonía y comenzar a disfrutarla y hacer honor a la vida.
Como dice el viejo refrán “Dios los cría y ellos se reúnen”. Es decir, la negatividad trae la negatividad, y la felicidad hace lo mismo con sus iguales.
Sergio Alonso Ramirez
Psicólogo Psicoanalista
Pd: Esto no quiere decir que no haya etapas, momentos difíciles, duros y de angustia, pero se trata en definitiva de poder encontrar esa luz que nos pueda guiar en la vida y así poder transmitirla a los demás también. Aunque también hay algo cierto... solo conoce la luz quien ha atravesado la oscuridad...
Conoce la luz quien ha atravesado la oscuridad...asi es.
ResponderEliminarGracias por este artículo.