Hay textos que son para todos, otros son para algunos en un momento dado. Desde el psiconálisis sabemos que los significantes (las palabras) le significan a cada uno algo en particular. Estas palabras de Luis Martínez de Prado son aquellas que harán mella en quien, por sus circunstancias, han logrado superar sus propias barreras y obtáculos. Las mismas que parecían eternas y sin embargo no lo eran. Un escrito hecho desde el sentimiento y experiencia, que cobrará un valor particular para cada cual dependiendo de su propia subjetividad.
Se podría decir que es muy fácil dejarse llevar por la inercia, sólo hay que quedarse
quieto, fluir en la maquinaria que decidió nuestro destino antes que nuestra existencia. Dándose cuenta o no, algunos simplemente tratan de
hacer soportable el día a día sin pensar en el futuro ya que éste se torna en una estática condena perpetuada en el tiempo. Otros
prefieren soñar, y solo algunos tratan a veces de conseguir, cosa que es muy difícil de hacer estando quieto. A veces puede parecer que sí, que algo se consigue, pero esto puede ser una
trampa, porque obtener sin hacer imposibilita el logro. Se trata de intentarlo, y el
camino del logro es el del movimiento. No necesariamente significa que a uno le
tenga que ir bien, se trata de los éxitos y de los fracasos; sí de los fracasos, asumiendo el coste de las
decisiones, que lo tienen, y renunciando a cosas sin entender del todo por qué. Correr sin saber qué hay y dónde está la meta, pero seguir avanzando hacia
delante. Así se puede romper la maquinaria, desde la incertidumbre, entendiéndonos como sujetos en movimiento, cuando nos quitamos los grilletes del deseo de los
demás para
seguir un camino donde la seguridad no existe, un camino sin luz…
Pero casi cuando ya no la buscas, aparece una señal luminosa, inequívoca, basada en ti, no apunta a ningún sitio, pero te señala algo, no dice por donde seguir, pero hace de guía mostrando el camino andado, dándole sentido. Ahora al mirar atrás se ve lo que antes no estaba. La señal parte de tí y no muestra el camino porque ya no
lo necesitas, tú haces el camino y éste es tuyo para siempre porque al caminar, al crecer, al lograr,
incorporas. En este tramo las dudas, los problemas, las angustias, los fracasos
se ven ahora como árboles que lo decoran, como si cada uno de ellos fuese un tótem que representa una victoria. ¿Por qué antes no se veían, incluso después de haber ganado algunas batallas? No podías verlos porque solo eran semillas, semillas recién plantadas, aprendiste por fin a disfrutarlos por
lo que son y no desde la necesidad. Ahora la oscuridad ya no da tanto miedo, ya
la venciste una vez…
Luis Martínez de Prado
Genial! gracias por dárnoslo a conocer. Un abrazo!
ResponderEliminarMaravilloso, gracias por compartir tu don.
ResponderEliminar