Ella tiene un nombre, pero no lo usa mucho, por todos lados se pone otro, parecido, pero que no es. Juguetea constantemente en ese ser y no ser. En ser una y ser otra. Y para jugar a eso sólo lo puede hacer usando dos nombres. Una quiere una cosa, la otra quiere otra. Pero ninguna se decide.
Y en ese usar dos nombres, en ese significarse de esa manera aparece esa escisión casi irreconciliable consigo misma. Parece trivial, parece casual... pero no lo es. Ella está divida como lo está su nombre... ella no puede ser ni Mary ni Maria... ella quedó atrapada entre las dos.
Y a pesar de su sufrimiento, a pesar de no ser, goza terriblemente de forma inconsciente, porque al no ser, tampoco se hace cargo, ni de su deseo ni de su carga. Puede correr libremente hacia la misa y las campanas... al menos eso fantasea, pero sufre... porque si bien no elige, ni está en misa, ni toca las campanas, habita en ese limbo que se ha creado entre dos nombres, no es una ni la otra.
Sergio Alonso Ramirez
Psicólogo Psicoanalista
Y en ese usar dos nombres, en ese significarse de esa manera aparece esa escisión casi irreconciliable consigo misma. Parece trivial, parece casual... pero no lo es. Ella está divida como lo está su nombre... ella no puede ser ni Mary ni Maria... ella quedó atrapada entre las dos.
Y a pesar de su sufrimiento, a pesar de no ser, goza terriblemente de forma inconsciente, porque al no ser, tampoco se hace cargo, ni de su deseo ni de su carga. Puede correr libremente hacia la misa y las campanas... al menos eso fantasea, pero sufre... porque si bien no elige, ni está en misa, ni toca las campanas, habita en ese limbo que se ha creado entre dos nombres, no es una ni la otra.
Sergio Alonso Ramirez
Psicólogo Psicoanalista
Jorge Gomes Matheus www.jmatheus.es |
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