La televisión la podemos considerar como un gran Otro. Es decir, alguien que ejerce como ley, distribuye un mensaje, y por más que a muchos les moleste de sobremanera el tipo de mensaje, hay muchos otros que lo siguen como borregos al pastor.
En los programas tipo reality shows, encontramos un mensaje bastante peligroso, paranoico, agresivo y principalmente envidioso.
Se dice con total frescura algunas frases que cito:
“Yo aquí vine a ganar un premio no a hacer amigos”
“Si puedo perjudicarlo al otro lo haré, es una competencia”
“Le daré lo peor porque es bueno y estoy compitiendo”
En estas frases se observan una serie de cuestiones y miserias del ser humano.
En la primera se estima que el hecho de estar en un grupo y obtener un premio eso significa que el otro ya no es sujeto, sino enemigo. Sabemos también desde la psicología de grupos que esto es justamente una forma de deshumanizar al otro para poder eliminarlo. Aparece la pulsión de muerte con ferocidad para destruir. Lo triste es que quizás y sin saberlo entre esas personas puede haber alguien que le pueda dar mucho más que ese premio ansiado. Y lo peor, que si tiene el premio será uno amargo, manchado de la sangre simbólica.
En la segunda frase aparece la autorización a perjudicar al contrincante. Y al igual que la tercera aparece un mensaje bastante patético, ya no se gana por ser el mejor, sino por ser el que más perjudica al enemigo. A priori para poder crecer como sujeto, grupo y cultura, se compite por poder sacar lo mejor de cada uno y llegar a la meta. Es decir por obtener un resultado “lo mejor posible”. Porque son justamente esos resultados los que hacen avanzar a una sociedad, cultura o grupo. Lo otro es justamente lo contrario, la antítesis, es dejar plasmado en una sociedad que el otro es un enemigo (paranoia) y por ende hay que destruirlo para obtener lo que se quiere. Pero ¿Qué se obtuvo? La destrucción del otro. El premio aparece asociado no a ser “el mejor” sino a la pulsión de muerte y destrucción.
La paranoia viene en detrimento del sujeto al igual que la envidia ¿Qué es la envidia? Es desear el mal ajeno a aquel que me hace sentir que soy menos en la comparación. En vez de intentar mejorar o simplemente aceptar la falta como tal (somos sujetos en falta), destruyo al otro por una idealización narcisista imposible de uno mismo.
Es ahora donde podemos entender estás frases con otra perspectiva.
Mucha gente tiene ideas bucólicas sobre vivir en ciertos lugares, etc. Pero eso justamente suele ser bello en tanto y en cuanto se tiene con quien compartirlo. Un día en el campo con seres queridos es maravilloso. Un día solo en el mismo lugar es un tedio angustiante (no para todos, claro).
Sin embargo algo me ha sorprendido del programa que titula este post: es el programa FACE OFF o en su traducción (en España) CARA A CARA. En este programa (al menos a partir de la 3er temporada) aparece lo que yo me animo a llamar “la sinceridad” y es llamativo que la traducción de FACE OFF podría pensarse como sacarse la cara, o quizás, la careta. Son artistas, artesanos, creativos y escultores. Tienen que competir semana a semana en sus creaciones. Pero algo cambia en el discurso, aparece la humildad y otra realidad. Ellos para competir tienen que crear, tienen que poner en juego sus capacidades y habilidades en pos de poder generar algo interesante. Pero lo llamativo es que se ayudan. Sí, se ayudan unos a otros, se admiran, ven las obras del otro con admiración (lo contrario a la envidia), placer y principalmente se dan soporte entre ellos. A veces unos pierden tiempo en lo suyo para ayudar a quien está atascado.
“Bueno, sí que me retrasa ayudarlas, pero en algún momento yo también voy a necesitar ayuda”.
El nivel de las creaciones de esta gente, a mi ignorante parecer, es de muy alto. No son aprendices, son realmente profesionales con habilidades admirables. Ejercenel poder de la creación y no de la destrucción (aunque está sublimada en el propio arte).
Pero hay más, no sólo corre por las redes de significantes (palabras y actos) el ayudar al prójimo y recibir ayuda, sino que se ponen felices por quien gana y a la vez se entristecen por quien pierde. Tienen ganas de trabajar juntos y lo dicen. Es como una explosión de vida donde no sólo admiran sino que quieren unirse unos a otros para gestar algo nuevo. Y eso tengo entendido que también se lo suele llamar simplemente, amor.
Pero hay más cosas interesantes. En estos programas de competición todos entran haciéndose los importantes, los agresivos, con auto alabanzas bastante ridículas. Cuando en el fondo es una tontería ya que sólo uno ganará. Y al final quedan como estúpidos narcisistas.
En este programa es lo contrario, hay humildad. Pero a diferencia con los otros shows, cuando ellos se van, todos, dicen algo particular: que están contentos de haber conocido a la gente, haber vivido esa experiencia y que van a seguir en contacto con sus compañeros (los que ganen y los que no) tanto por cuestiones personales como laborales. En definitiva se dan cuenta que “se llevan algo valioso”. Y no se equivocan, porque el premio es estático, pero la ganancia afectiva, de compartir y seguir creciendo realmente es mucho más duradera. El otro no sólo puede compartir con uno sus conocimientos y "enriquecernos", sino que hay algo en dicha transmisión que sobrepasa la cuestión puramente monetaria.
Interesante como en el campo de la muerte y destrucción aparecen brotes de vida.
Sergio Alonso Ramírez
Psicólogo Psicoanalista
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