La gente muchas veces supone que aquello
inconsciente está sumamente oculto. Y es verdad que la historia y los motivos
que generan síntomas no están al alcance del sujeto. Pero si los resultados de
su historia que derivan en síntomas. Y los síntomas nos pueden dar muchas
pistas sobre cuestiones del inconsciente.
Dicho esto, aquello que está oculto,
no sólo deja una secuela, sino que en el propio acto se cuela.
Los actos y las cosas, a pesar de
ser iguales pueden significar cuestiones muy diferentes dependiendo de la
intención del sujeto y hacia qué o quién se dirige.
Un "dar todo" a la persona
deseada puede significar "dar todo porque en realidad no se puede ser
amado por lo que ya se es" (sopesar lo que se siente que no se tiene, u
otras cuestiones dependiendo del sujeto).
Un ramo de flores puede significar
amor, agradecimiento, felicitación o culpa por venir de engañar a la
pareja.
Hay una escena que a pesar de ser
muy penosa para el protagonista es muy ilustrativa:
Entra un sujeto mexicano a un hotel
en España. Y ya al entrar hacía como una especie de juego escénico donde se
tambaleaba un poco. Pero no tanto como un borracho sino más bien como alguien
que exagera para llamar la atención. Como su paso por dicha recepción fue muy
larga aportaré resumidamente sus actos:
En cuanto vio que lo escuchaban se
quedó en el lugar.
Pregunto dónde podía comprar (a las
3 AM) un repuesto para "su Audi A8". Y que en México lo podía
conseguir en la casa Audi. Su intención real parecía ser dar a conocer que tenía un coche caro.
Luego se pone a hablar de que vivía
en Cancún donde era el paraíso y estaba lleno de "culos"
(refiriéndose a las mujeres) "fáciles" (que según él eran todas y las
podía obtener).
Que allí casi no había de esas
"indígenas feas y morenas".
Que venía de la calle y que las
chicas se apartaban de él (eso lo comentó al principio)
Que en España (Madrid) parecía
ser muy fácil tener relaciones con mujeres (posiblemente las mismas que se
apartarían de él en la calle...)
Que posiblemente se esté poniendo
viejo (tenía 44 años, era un hombre que no parecía nada atractivo, vestido moderno, de cuerpo normal)
Que él ganaba mucho dinero.
Que conseguía mujeres todo el tiempo
(pero hablaba de ellas de forma despectiva, como si fueran cosas menos valiosas
que su coche, pero que servían para demostrar algo)
Repetía todo el tiempo frases que
mostraban como era un hombre que ganaba mucho y que "tenía
más".
Llegó inclusive a mostrar el dinero
al recepcionista (de unos 30 años) y al hermano de 24 años.
Les llegó a preguntar cuanto
ganaban, sin otro motivo que para decir que era poco (evidentemente nadie se ha
hecho rico de recepcionista de hotel, ni siendo un estudiante de 24
años).
En ningún momento les preguntó nada
de su vida, sólo hablaba de sí mismo, de que era un ganador y quería a dar
entender que era "exitoso".
Que no había estudiado más allá de
la secundaria (dando el discurso que por eso era un hombre maravilloso). Eso
sí, aclaraba que él no quería ostentar...
En un momento quería ir al baño y
como no lo encontró, en voz alta dijo que orinó en un piso del hotel.
Que había que ir a Cancún (Dónde él vivía y que era el paraíso)
Que el resto de México era el "tercer mundo"
Repetía todo el tiempo a modo de
gracia que si eran "putos o maricones" (justo en España donde no es
algo que tenga mayor importancia. Sin embargo la cuestión repetitiva sí parecía
que tenía relevancia para él).
Pero... en un momento le mostraba a
uno de ellos cómo tendría que hacer para llevar a una mujer borracha, él
haciéndose pasar por la mujer borracha.
Finalmente cuando ya cansados de
escuchar todo esto se despiden. El hombre "exitoso y ganador", les pide que
"no lo dejen solo" y también que "se queden a dormir en la cama
con él"...
Obviamente hablamos de alguien que
presenta un profundo complejo de inferioridad (recubierto del de superioridad),
y que como todo impotente, intenta cubrirlo con prepotencia para ocultar lo que
siente que es.
Lo interesante de todo esto, es cómo
funcionan los síntomas. El hombre había sido criado de forma humilde y parece
que no lo había vivido muy bien. De hecho en todo momento trataba de cubrirlo
con un manto de objetos valorados socialmente. Lo que no sabía era si a los que
les hablaba les interesaba en lo más mínimo lo que él consideraba
"bueno". Él no podía escuchar a nadie más que a sí mismo. Todo su
argumento era para intentar convencer al otro de lo que él no es, de forma
repetitiva y compulsiva.
Pero la cuestión es que en el
mensaje siempre se cuela lo inconsciente. Obviamente para el sujeto que decía
todo esto no. Suponía que se estaría luciendo y aparentando una imagen de
alguien que podía ser deseado y amado. Su pretensión era venderse como un
objeto fálico. Pero no se vendía, sino que suplicaba. Y cuando se suplica no es
que tenga algo de valor, sino todo lo contrario.
En vez de ser alguien deseado
terminó cansando a los que lo escuchaban, la sensación que luego me comentaron
era de que "este tipo es raro, medio loco ¿no?". También decían que
era un pobre con dinero, un pesado, un mentiroso, ordinario, prepotente, que no tenía nada de clase, etc.
¿Se puede ver a lo que voy? El
síntoma se muerde la cola. Debajo de la riqueza que mostraba se veía una
profunda pobreza, un desprecio que sentía hacia sí mismo pero que ahora
intentaba cubrir y poner en los demás. Y aun así, los que lo escuchaban, que no
eran ni psicoanalistas ni estaban vinculados con estos temas, percibieron todo
esto.
Podría bien estar orgulloso de sus
logros, de haber podido luchar con su falta a cuestas y haber logrado algo.
Podría no sentirse cómodo con gente de tal o cual color o lo que fuera. Pero no
era su caso, el necesitaba vender todo a favor suyo y poner al otro,
considerado inferior, como objeto enaltecedor de sí mismo.
El hombre intentó demostrar su
riqueza, pidió que la vean, suplico que la quieran y se terminó viendo su
profunda pobreza.
Lo cierto era que parecía un
"pobre" tipo que vagaba por las calles mendigando un poco de atención
y que ni siquiera un recepcionista ni un chico de 24 años se la terminaron
dando.
En definitiva, el hombre, era pobre.
Nada de lo que tenía lo podía hacer sentir valioso...
Sergio Alonso Ramírez
Psicólogo Psicoanalista
Genial,Sérgio me ha encantado tu escrito.Los que nos psicoanalizamos tenemos la gran suerte de poder trabajar nuestro inconsciente.( SÍNTOMAS)
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