Anoche veía una película del 2010 donde se quedan atrapadas una serie de personas en un ascensor. El truco (spoiler) es que uno de ellos es el demonio. El mismo viene a llevarse a todos. Pero no porque eran buenos y santos sino porque todos eran gente bastante jodida y que había hecho el mal.
Esto me llevo a pensar en algo interesante.
Bruno Bettelheim en su libro Psicoanálisis de cuento de hadas da cuenta de un proceso en los niños sobre la concepción de los buenos y malos. En todos los cuentos los buenos son unos y los malos otros. Para ellos no hay todavía una integración clara de los grises de las personas. Entonces los buenos son todo buenos y los malos todo malos. La hada madrina será la mamá toda bondadosa y amorosa y la bruja la que tiene los sentimientos despiadados.
Ahora bien, la visión de un Dios y de un Demonio es igual a esta mirada. Pareciera ser que, depende de las época y del discurso, uno es todo amor y el otro odio. Pero también se observa que “el que se lleva a los malos al infierno” es el Diablo. Y uno se queda pensando… y entonces ¿El diablo es el malo o el héroe? No es que viene Dios y le dice “por jodido te vas a ir al infierno”. Sino que el “todo bueno” se desentiende para que se entienda el “todo malo” pero que a la vez viene a traer una especie de justicia, un tanto sádica, pero la trae al fin y al cabo.
Y de golpe, en este hilo de pensamiento digo: ¿No somos acaso nosotros los que anhelamos que el malo pague por sus maldades y el bueno reciba el premio? ¿No somos acaso nosotros los que al desear lo peor para el villano, somos los que, de alguna manera, invocamos al héroe justiciero que aparece como un demonio?
¿Será el demonio tan sádico como los deseos de los humanos recubiertos de la ética y moral de cada época?
Sergio Alonso Ramírez
Psicólogo Psicoanalista
Hola Sergio,
ResponderEliminarDos impresiones.
Una, Canción del odio de Nacha Guevara. https://g.co/kgs/poJT6b
Dos. Que hay grises, pero que algunos malos son más malos que otros. Que no es todo lo mismo y que el relativismo es un concepto falaz, sólo posible a nivel teórico, porque se tiene una vida, se elige algo y otras cosas no, por lo que hay lo que se prefiere y lo que se rechaza. Me parece bien, tiene que ver, además, con la agresión bien puesta. También, en ése sentido, estoy a favor de la buena muerte, pero no de su ausencia. Los veganos, creo que niegan la muerte y la agresión. Mientras que hay otros, que crían, para consumo, animales de pastoreo, que tienen un buena vida. Y, también, sé de quienes, se ocupan de sistemas de matanza saludables para el animal, para que sufra lo menos posible. Creo que una que se ocupa de éso, es Temple Grandin (creo que con síndrome de Asperger, comentario).
Posdata. Tres, los buenos y malos es un juego típico en los niños, siempre de lucha, porque los buenos pretenden eliminar a los malos. O sea, hay que tener una cuota de agresión bien puesta, para sobrevivir.
En fin.
Tal vez, un poco de dislate...