1 de octubre de 2020

Cuando la muerte es noticia


 

Las conductas de los humanos siempre pueden ser curiosas y sorprendernos. Ayer, justo antes de atender a un paciente online desde el campo, en una provincia Española, me llegaba un mensaje de una amiga de Málaga que decía: “Ha muerto Quino”. Comienza la sesión con la paciente de Madrid y me dice “¿Te has enterado que Quino ha muerto?”. Mientras seguía la sesión llegaba otro WhatsApp con la misma frase, luego mi pareja, más amigos y así fue la primera vez en mi vida que me avisa tanta gente que alguien había muerto. Ni un presidente, ni ex ministro, ni descubridor de alguna vacuna fue algo tan intenso. Y se me ha hecho curioso lo que impacta en la gente y lo que queda aferrado en la vida de un sujeto, en el inconsciente, porque por más que uno haya leído Mafalda y muchas veces desde hace muchos años, y otras producciones de Quino, parece que algo hizo eco en lo más profundo de nuestra psique y queda ahí aferrado. 

Una vez me dijo una persona que seríamos recordados por lo que que hacemos sentir a la gente y no lo que hacemos. Es linda la frase, pero no estoy del todo de acuerdo, porque si bien es verdad que no siempre nos acordaremos de quien ha colaborado a que nuestra vida sea mejor, está impreso en la cultura y nuestra existencia, por más que sea tácito (aunque esto al ego no le guste mucho).

Pero con Quino pasó algo curioso, diferente, todos, en todos lados, tv, radio, internet, whatsapp, sesiones de psicoanálisis, hablaban de Quino. Parece que eso que nos dio, y sigue dando en su obra, es algo muy importante para nuestra existencia. 

Y hay algo más… Al irse, también lo volvemos a ver en vídeos, en entrevistas y nos enseña algo más interesante aún: Su humildad. En el mundo donde todos quieren ser vistos (sin necesariamente haber hecho nada más que nacer, o alguna pirueta), Quino fue tranquilo, humilde, sabiéndose en falta y que producía lo que mejor podía y lo ofrecía, como todos (pero a algunos les sale mejor). 

En todo caso, a nivel psíquico, parece que alguien que ha llegado desde un humor peculiar al fondo de nuestras almas, ha dejado una huella que ni siquiera nosotros sabíamos y su muerte nos revela. 


Sergio Alonso Ramírez

Psicólogo Psicoanalista

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