(e-mail de respuesta)
Hola:
Supongo que esto de estar “sola” o “aburrirte” los domingos te debe molestar lo suyo, ¿no? Pues te entiendo. Mucha gente pasa por la misma situación
Pero bueno, el tema de tener un vacío no es del todo negativo. A veces nos conformamos con las figuritas de colores de la vida y con los ruidos de la ciudad y no nos encontramos con nosotros mismos. Muchas veces el hecho de que haya un hueco, un momento “inútil” es un buen signo, por la simple razón, de que se puede llenar.
Claro que uno, al principio, prefiere tener con quien estar, en compañía y demás. Pero nada... la vida no nos da ni un respiro y nos obliga a tener ciertos momentos de reflexión. Ciertos espacios vacíos, donde tenemos que descubrirnos a nosotros mismos en ellos, cosas que nos gustan. Son momentos donde uno aprende algo valiosísimo.
Muchas personas aprenden al vivir solos: “QUE UNO NUNCA LLEGA A ESTAR SOLO CUANDO SE DA CUENTA QUE SE PUEDE HACER COMPAÑÍA UNO MISMO”. O sea, cuando uno conecta con sí mismo.
Es evidente que para el que no pasó por esto o lo está pasando es chino básico o palabras sin sentido. Pero en la soledad uno está como obligado a buscar dentro de uno qué hacer, es decir, encontrarse con el propio deseo. Esto también puede ser fuente de angustia, porque muchas veces el deseo puede ir en contra de otras imágenes y mandatos interiorizados. Y de golpe encuentra entretenimientos, gustos y momentos especiales. Y llega un día que de repente el día está muy, pero muy, lleno de uno mismo. Y de esta manera uno se empieza a mimar, a acariciar y a hacer reír.
A veces, paradójicamente, se terminan extrañando esos momentos de aburrimiento total. Sé que hay una etapa hasta llegar ahí, donde uno se desespera y busca frenéticamente quien venga a llenar ese hueco. Pero lo cierto es que se está buscando un vampiro, ya que quiere a otro para algo de uno, no para compartir. Sólo uno va a poder compartir cuando aprenda a darse a sí mismo y a sus momentos.
Pero bueno, a tí quizás en tu ruidosa vida no tuviste tiempo de vivir estas cosas. Siempre tuviste mucho tiempo, o TODO el tiempo para concentrarte en los demás o en que los demás no te dejen sola. Pues la vida ahora te deja sola, las circunstancias, el karma, Dios, o como se lo quiere llamar, para que aprendas a ver que hay allí dentro, para quitar tus miedos, para confrontar fantasmas, que, como dice un personaje televisivo: “sólo se espantan cuando se les presentan cara”.
El otro día, hace algunos meses, me comentabas algo así sobre “ataques de pánico”. Bueno, los ataques de pánico no son ni más ni menos que estar corriendo de los fantasmas y ver que se acercan. En serio. Por eso cuando me lo comentaste no me mostré sorprendido. Es como decir muchas cosas:
Tengo miedo a estar sola, siempre huí, pero hoy me alcanza.
Dentro de mi soledad hay desconocimiento y este me paraliza.
Entiendo que la sensación de los ataques de pánico sea horrorosa, angustiante, oprimente. Pero como bien lo describe al que le sucede… Es algo que viene de adentro, y sólo de adentro se puede resolver. Es como querer jugar a las cartas desde otra habitación.
Y te preguntarás ¿Cómo es que conecto los ataques de pánico con estos domingos solitarios? Porque en los ataques de pánico y en tus momentos de soledad, te encuentras, quizás, contigo misma y con ciertos miedos.
Pero te aseguro que la psique siempre se abre caminos y encuentra como acompañarse a sí mismo. Y de a poco uno va descubriendo cosas y descubriéndose.
Todos los momentos son aprovechables de alguna manera. Y estimo que estos momentos también, inclusive los momentos a los que les tenemos miedo.
Saludos
Sergio Alonso Ramirez
Psicólogo Psicoanalista
Hola:
Supongo que esto de estar “sola” o “aburrirte” los domingos te debe molestar lo suyo, ¿no? Pues te entiendo. Mucha gente pasa por la misma situación
Pero bueno, el tema de tener un vacío no es del todo negativo. A veces nos conformamos con las figuritas de colores de la vida y con los ruidos de la ciudad y no nos encontramos con nosotros mismos. Muchas veces el hecho de que haya un hueco, un momento “inútil” es un buen signo, por la simple razón, de que se puede llenar.
Claro que uno, al principio, prefiere tener con quien estar, en compañía y demás. Pero nada... la vida no nos da ni un respiro y nos obliga a tener ciertos momentos de reflexión. Ciertos espacios vacíos, donde tenemos que descubrirnos a nosotros mismos en ellos, cosas que nos gustan. Son momentos donde uno aprende algo valiosísimo.
Muchas personas aprenden al vivir solos: “QUE UNO NUNCA LLEGA A ESTAR SOLO CUANDO SE DA CUENTA QUE SE PUEDE HACER COMPAÑÍA UNO MISMO”. O sea, cuando uno conecta con sí mismo.
Es evidente que para el que no pasó por esto o lo está pasando es chino básico o palabras sin sentido. Pero en la soledad uno está como obligado a buscar dentro de uno qué hacer, es decir, encontrarse con el propio deseo. Esto también puede ser fuente de angustia, porque muchas veces el deseo puede ir en contra de otras imágenes y mandatos interiorizados. Y de golpe encuentra entretenimientos, gustos y momentos especiales. Y llega un día que de repente el día está muy, pero muy, lleno de uno mismo. Y de esta manera uno se empieza a mimar, a acariciar y a hacer reír.
A veces, paradójicamente, se terminan extrañando esos momentos de aburrimiento total. Sé que hay una etapa hasta llegar ahí, donde uno se desespera y busca frenéticamente quien venga a llenar ese hueco. Pero lo cierto es que se está buscando un vampiro, ya que quiere a otro para algo de uno, no para compartir. Sólo uno va a poder compartir cuando aprenda a darse a sí mismo y a sus momentos.
Pero bueno, a tí quizás en tu ruidosa vida no tuviste tiempo de vivir estas cosas. Siempre tuviste mucho tiempo, o TODO el tiempo para concentrarte en los demás o en que los demás no te dejen sola. Pues la vida ahora te deja sola, las circunstancias, el karma, Dios, o como se lo quiere llamar, para que aprendas a ver que hay allí dentro, para quitar tus miedos, para confrontar fantasmas, que, como dice un personaje televisivo: “sólo se espantan cuando se les presentan cara”.
El otro día, hace algunos meses, me comentabas algo así sobre “ataques de pánico”. Bueno, los ataques de pánico no son ni más ni menos que estar corriendo de los fantasmas y ver que se acercan. En serio. Por eso cuando me lo comentaste no me mostré sorprendido. Es como decir muchas cosas:
Tengo miedo a estar sola, siempre huí, pero hoy me alcanza.
Dentro de mi soledad hay desconocimiento y este me paraliza.
Entiendo que la sensación de los ataques de pánico sea horrorosa, angustiante, oprimente. Pero como bien lo describe al que le sucede… Es algo que viene de adentro, y sólo de adentro se puede resolver. Es como querer jugar a las cartas desde otra habitación.
Y te preguntarás ¿Cómo es que conecto los ataques de pánico con estos domingos solitarios? Porque en los ataques de pánico y en tus momentos de soledad, te encuentras, quizás, contigo misma y con ciertos miedos.
Pero te aseguro que la psique siempre se abre caminos y encuentra como acompañarse a sí mismo. Y de a poco uno va descubriendo cosas y descubriéndose.
Todos los momentos son aprovechables de alguna manera. Y estimo que estos momentos también, inclusive los momentos a los que les tenemos miedo.
Saludos
Sergio Alonso Ramirez
Psicólogo Psicoanalista
Como siempre invito a todo el que quiera expresar lo que le "sugiere" este tema a dejar su comentario que estará publicado a la brevedad.
ResponderEliminarGracias
Sergio
Genial.....Gracias por transmitirnos ese saber que hace que uno piense de uno mismo y de su interior,gracias
ResponderEliminarMudhas gracias ustedes por estar ahí del otro lado!
ResponderEliminar