Mágia y ciencia

Cuando estás estudiando en la universidad de Psicología de Buenos Aires en una de las cátedras hacen especial hincapié en la cristalización. Te explican que nunca debes tener ideas cristalizadas. Pero… ¿Qué es esto? Es algo tan básico como entender que nada es una realidad absoluta. Inclusive las realidades científicas. Lo que ayer era una ridiculez hoy es una realidad. Lo que hace miles de años era algo totalmente normal, como que la tierra era cuadrada apoyada sobre unos elefantes los cuales estaban sobre una tortuga gigante, ahora nos hace gracia. Pero esto es sólo un ejemplo muy visual. Lo que no tenía solución, ahora es fácil de curar, y muchas cosas que en otra época era impensables que existiesen, en la actualidad es algo que forma nuestra cotidianeidad, incluyendo, claro está, la tecnología. Y finalmente, muchísimas cosas que creemos como reales, mañana serán pensadas como “burradas que pensaban los pobrecitos de antes”.
En nuestro días parece que muchas ideas que antes pertenecían al ámbito del ocultismo y los fanáticos se convierten en realidad. Por ejemplo a través del estudio de las “auras” con las fotos Kirlian se descubre que lo que llamamos auras, sí existen realmente, sí tienen colores, sí se puede demostrar experimentalmente e inclusive muchos hechos interesantes. Entre ellas parece que no sólo cambia su color según estados de ánimo, sino que también puede tener rajaduras en caso de enfermedades, y lo más asombroso es que según nuestra intención puede influir en el estado de otras auras.
Otro estudio interesante es cuando se ve el agua a través de microscopio electrónico. Estas moléculas se modifican según factores externos, como palabras, sentimientos, música, e inclusive intensiones con diferentes connotaciones positivas y negativas. Lo llamativo es que los humanos tenemos un 70% de líquido en nuestro cuerpo.
Pues a través de la física cuántica parece ser que lo que dicen en metafísica se convierte en real. Parece ser que nuestros pensamientos realmente nos influyen a nosotros mismos, y a los que están a nuestro alrededor. Y no me refiero sólo a las personas sino a todo tipo de objetos. Porque también se ve que quedan “reminiscencias”, que allí por donde vamos o estamos dejamos parte de esa energía impregnada. Parece que nuestras palabras pueden alterarnos y cambiar cosas del mundo exterior.
¿Se acuerdan cuando veíamos a nuestras madres o abuelas hablándoles a las plantas con afecto? ¿O cuando nos dicen: La comida está rica porque la hice con amor? Pues parece que esto que parecía un comentario simpático es una realidad científica, o al menos a ello apunta.
Ahora, cuando tu piensas que eres una semillita insignificante en el mundo, ahora te puedo decir científicamente que te equivocas. Todo lo que tú piensas y eres, queda impregnado por todos los lugares donde vas. Tus palabras y pensamientos, viajan más lejos de lo que te imaginas. Hoy le comentas algo a un taxista sobre tal tema, el taxista se lo cuenta a otro pasajero, que es la mujer de un diputado, que el mismo hace un proyecto de ley que cambia la vida de mucha gente o el curso de un país. En realidad tenemos un poder muchísimo mas grande del que imaginamos. No todo nuestro valor pasa por el premio social, cuando comenzamos a entender cosas de la vida nos damos cuenta que somos mucho más influyentes de lo que creemos (inclusive el desgraciado que va repartiendo depresiones).

Cuando estás en un ambiente, donde ves la gente caída, aburrida, sufrida, decepcionada, aplastada, tienes dos opciones, accionar tu magia científica, o salir corriendo. Porque hoy es una realidad que lo que te rodea te influye y viceversa. Lo que antes se “suponía” que era una sensación, hoy te aclaran que es mas real de lo que te imaginas.

Ya Erich Fromm, Carl Jung y muchos autores te hablan de la influencia que tenemos en la vida de los demás, de cómo cada intercambio con el otro siempre nos altera y nos da forma de alguna manera.
La pregunta del millón sería: ¿Pero cómo hago entonces? ¿Cómo los americanos que te dicen que “pienses en positivo”? ¿O estas nuevas corrientes psicológicas que te dicen que cuando tienes una depresión grave y te quieres cortar las venas pienses “soy bueno, soy bueno, soy bueno”? Pues no, estas sí son varitas mágicas que buscan que uno con sólo pensarlo cambie el mundo. Las palabras que aparecen en nuestra cabeza o que salen por la boca, están impulsadas por una historia, unas creencias (algunas conscientes y otras inconscientes) y son las que forman también nuestra realidad. El hecho de reprimirlas o “suplantarlas” como dicen algunas corrientes actuales, lo único que hace es tapar el agujero y no que arregles la cañería, con lo cual en breve tendrás otra “pérdida”. En todo caso, cuando estos pensamientos o forma de ver la vida negativamente están arraigados, se puede ir a ver al "plomero (fontanero)"
Sí, es importante intentar comenzar a concentrarse en el vaso medio lleno de la vida, porque ahora sabemos que si vivimos concentrados en el vaso medio vacío, no sólo nos influye a nivel corporal, sino que también a nuestro alrededor, y como dicen muchas corrientes de pensamiento: “Todo lo que envías para afuera, es como un boomerang... vuelve”.

Sergio Alonso Ramirez
Psicólogo Psicoanalista