Mucha gente se plantea el tema de ser egoísta. Pero lo encaran muchas veces de una forma "neurótica". Es decir, suponen que "no ser egoísta" es dar todo lo que tienen a las personas que así se lo exigen. Ahora, yo me pregunto: ¿Si uno da todo, que le queda por brindar? Y si no nos queda nada por dar, no estamos compartiendo, y es en ese momento cuando somos egoístas ya que nada tenemos para ofrecer.
Quien se ocupa de si mismo y sabe darse, tiene, el que tiene, brilla y el que resplandece ilumina a los demás. En cambio quien está siempre en deuda es porque está ocupado en no tener nada para si mismo. Como siempre digo, todo trauma es la pezcadilla que se come la cola.
El que aprenda a respetarse, a "alimentar" su persona, y "enriquecerse" sera quien realmente tenga que compartir. Porque con su sola presencia está brindando a los demás todo aquello que contiene.
El que se cree que es "bueno" y da todo, lo único que logra es ser un "pobre" que supone que es caritativo, cuando lo único que hace es compartir sus falencias.
Quizás en ese "darlo todo" lo único que da realmente es su propia demanda, o aún más, intenta reparar la culpa de aquello que lo acosa a otro nivel.
Sergio Alonso Ramírez
Psicólogo Psicoanalista
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