Te odio no solo por no tenerte, te odio porque en tu ausencia fuiste tu quien me dio una lección y no otro cuerpo ¿Porque tu? que por estar ausente me haces sentir que deseo, aunque prefiero llamarlo capricho.
Te odio, porque me he prohibido amarte, pero aún así, te odio para sentirte cerca, porque tu te alejas, pero recuerda que soy un niño terco y yo nunca me resigno.
Te odio porque la vida ya no es un chiste, el dolor le ha quitado sonrisas, y tienes que saberlo, me has hecho más fuerte, pero son armaduras, no te engañes, mi centro sigue sangrando, y tu, en mi cabeza lo lames con esos colmillos ensangrentados.
Te odio, porque a final de cuentas, puedo maldecir la suerte y el destino, pero no puedo olvidar que eres tu quien se ha ido. Y sonríe, te seguiré odiando para amarte en secreto, pero no sonrías tanto, esto que hoy soy, es gracias a ti, porque tu también lo has sentido, y me lo has dejado tal cual herencia del deseo humano. Solo que yo veré por mi, como no hacer tu vida, mientras yo siento la mía
Manuel Alessandro Magnante Bello
Lic. Psicología clínica con orientación psicoanalítica.
Pd: Ahora ya no piense en la primer pareja, ahora piense en la madre, esa madre a la que el sujeto tiene que renunciar como objeto primordial de amor, y entregarse a otra. Vuelva a leerlo y encontrar el discurso de un niño encarnado en el hombre.
Sergio Alonso Ramirez
Psicólogo Psicoanalista
Muy poético. Gracias.
ResponderEliminarwww.susanalorente.com
Respirare... Lasciare andare....sorridere
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