-“Esto es así” - se suele decir. Pero el problema que
tenemos es que si vemos la historia nada es de una u otra manera, sino la
mayoría de las realidades van cambiando y se van modificando en diferentes
épocas y culturas. Ahora cuando hablamos del sujeto, son aún más acuciantes
estas diferencias.
No es lo mismo lo que una cultura vive como normal que como
lo experimenta otra, o como se contempla la vida desde unos ojos de un país que
de otro. Incluso la agresividad y sus formas de expresión cambian dependiendo
las poblaciones. Sin embargo hay un problema mucho más grave que nos
encontramos en todo análisis. La cuestión de la “la verdad”.
Y debo decir que no hay verdad, al menos de esa que se hace
llamar universal o absoluta cuando de sujetos hablamos. Justamente esa es la
cuestión en el psicoanálisis, que cada sujeto es una serie de significantes
concatenados unos con otros que hacen a un sujeto “sujetado” por la cultura,
pero a su vez un pequeño universo con sus propias leyes. Que las mismas sean
similares, iguales o diferentes a otros sujetos es otro tema. Pero lo cierto es
que cada uno se ha construido de una forma particular. Y aquí es donde entramos
en caminos pantanosos. Porque quizás no podemos hablar de la verdad sino de
verdades particulares de cada uno.
Por ejemplo todos entendemos que existe la muerte, pero
¿Significa una pérdida lo mismo para todos? Y en este punto en la clínica
empezamos a ver que no. A unos la muerte de un ser cercano le puede ser
indiferente, a otro dolorosa, culpógena, terrorífica, libertadora, etc.
Entonces donde a una analizante habla de un “regalo” de
manera enfática, no necesariamente podemos asumir lo que significa. Ya que
cuando lo interrogamos, para unos significa algo del orden de lo familiar, para
otros del interés, del compromiso, devolución, pago por el no compromiso,
agradecimiento, amor, sexo, etc. Entonces ya no hablamos más de “la verdad”
sino que nos encontramos que cada universo tiene sus propias verdades. Claro
que se adaptan al “Otro” en mayor o menor medida, y de hecho son tomadas de la cultura (sino
sería demasiado caótico y no habría cultura en sí). Y lo que muchas veces no se entiende en otras corrientes es que lo que al sujeto le afecta en su carne y psique es "su verdad" no "la verdad". Pero lo cierto es que
muchos pretenden poner al profesional en el lugar del “sujeto supuesto saber”
como si de un Dios o enviado del mismo se tratase, donde en realidad hay un
observador de un mundo que ya viene con una serie de particularidades y
verdades personales que a su vez forman y conforman un sistema que puede
derivar o no en un sufrir.
Y esto nos lleva entonces a la posición del analista ¿Es el
que ostenta “la verdad”? Yo diría más bien quien tiene que saber resistir la
imposición transferencial de las verdades del analizante sin caer en la trampa
ególatra de postular “la verdad como profesional”. El analista me gusta
definirlo como quien “presta una oreja para escuchar y muestra un espejo para
reflejarse”. No necesariamente tiene que ser quien sustente una realidad sino
quien pueda devolver al paciente la propia.
De ahí que el primer acto que necesita hacer todo analista
cuando entra el paciente es dejar salir su narcisismo por la puerta para poder
surfear en el universo que nos trae cada analizante en particular y así poder
des-cubrir las verdades que en el existen.
Sergio Alonso Ramírez
Psicólogo Psicoanalista Consulta: www.psicosujeto1.blogspot.com
LO QUE SIGUE, ¿SERÌA SU PAR ANTITÈTICO? ABRAZOS
ResponderEliminarENERO 2015
La negación
La negación es un MECANISMO DE DEFENSA que consiste en enfrentarse a los conflictos negando su existencia o su relación o relevancia con el sujeto. ES UNA DE LAS FORMAS MÁS ELEMENTALES DE LA MENTIRA, y una manera de autoengañarse, que hace que el que miente termine creyendo su propia mentira.
Se rechazan aquellos aspectos de la realidad que se consideran desagradables. El individuo se enfrenta a conflictos emocionales y amenazas de origen interno o externo negándose a reconocer algunos aspectos dolorosos de la realidad externa o de las experiencias subjetivas que son manifiestos para los demás. El término negación psicótica se emplea cuando hay una total afectación de la capacidad para captar la realidad. Ejemplo: NEGAR LA EXISTENCIA DE LA POBREZA, NEGAR LA INFLACIÒN, NEGAR LA DESNUTRICIÓN, NEGAR LA CORRUPCIÓN, NEGAR LA INSEGURIDAD....
En el paranoico corresponde en un primer momento la proyección; el contenido negado es proyectado enseguida. También es un mecanismo obsesional. La negación es utilizada masiva y sistemáticamente por los psicóticos.
La negación ―decía Sigmund Freud― es una forma de protegerse de realidades desagradables con las que uno prefiere no lidiar. Mecanismo de defensa, lo llamaba. En general suele negarse rechazando o ignorando los hechos empíricos o la evidencia incuestionable que acreditan que lo negado existe; minimizando la importancia de aquello que está sucediendo; aceptando los hechos empíricos y la evidencia incuestionable, sin minimizar su importancia, pero adjudicándole la responsabilidad de su existencia, y su solución, a alguien más, al “otro”, en una forma de quedar impune, sin culpa.
Estamos habituados a la negación. Basta abrir el periódico y leer a los funcionarios estatales de más variado rango poniendo en práctica estos ejercicios de negación: no hay pobreza, no hay hambre, no hay inflación, no hay muertes en asaltos a mano armada, no hay hospitales colapsados ni escuelas desmembradas, los niños mueren desnutridos por circunstancias “de contexto”, siendo casos aislados; si hay problemas, no son tan graves como antaño, ni tan serios como dicen los medios masivos de comunicación, que mienten y son todo negativo (“..MIENTEN, MIENTEN, SON CHANTAS…”) ; y si hay problemas, y son graves, la culpa es siempre de alguien más: medios, empresarios, oposición, Estados Unidos, desestabilizadores, la izquierda, la derecha, los gorilas, los productores agropecuarios, los caranchos, los buitres, usted, yo, todos excepto el negador.
Todo negador parece estar diciendo: yo no fui, yo no vi nada, yo no sé, yo no tengo la culpa, yo no tengo nada que ver. No, no y no.
La negación supone un amplio espectro de acciones, que van desde la más pura pasividad hasta un rechazo asumido a mirar el cuadro completo. No es sólo cosa de nuestros gobernantes, como a muchos les gustaría pensar (¡negadores!). Se lo ve en individuos, parejas, grupos sociales e instituciones. Nadie, ni el más pintado, se salva de la negación. ¿LO VAS A NEGAR?.
LBF
Es que caminar por nuestros intrincados laberintos sin el.hilo de Ariadna causa verdadero pavor.
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